viernes, 6 de junio de 2008

aparejando (3)


Jo, cómo me cuesta últimamente actualizar el blog...

La verdad es que hace tres semanas que hemos comenzado una obra en Aranjuez de la que quiero hablar en algún post, una restitución de una casa del entramado urbanístico de la ciudad, que es Patrimonio Arquitectónico, y que la verdad es que a medida que voy conociendo datos me fascina más (la casa, el entramado y Aranjuez)

Pero en este post quería hablar de los trabajos en los puentes. Aunque yo no me dedico a ese campo, algunos compañeros míos, ingenieros, se dedican a reparar y a construir pasarelas, puentes...y la verdad es que en cuanto a obras se refiere debo reconocer que son durísimas. Son esos grupos de gente que nos cruzamos cuando pasamos por la autovía (o autopista) y vemos carteles amarillos que nos anuncian obras, y luego unos conitos que nos desplazan a todos hacia un mismo carril. Hay que imaginar una autovía (o autopista) normal, con una circulación normal, con un volumen de tránsito normal, y pensar que en un momento dado hay unos tipos que paran una furgoneta -para empezar- en el arcén, y que colocan el primer conito con tráilers pasando a 100 km/h afeitándoles las mejillas. Luego otro conito, y otro, esperando que los coches los respeten, que a nadie se le vaya la olla, que nadie esté buscando algo en la guantera en ese momento, o metiendo la bronca a sus hijos en el asiento de atrás. Hay mucha tensión, y mucho trabajo. Mucho sol.

Mucho calor.

Y cuando estás asfaltando no quiero ni pensar la temperatura...
En esos momentos, desde el carril de circulación, llegan insultos. Imagino que te acostumbras, pero jode. Y tanto que jode.
También te jode cuando eres el que está de viaje, pero este post no trata de eso.

Trata de que en esas condiciones, cuando de pronto surge algo inesperado, es como un regalo. Y en ese momento Laura, Vicente, Moha y todos dejan lo que hacen para observar, para admirar lo que es en realidad algo muy poético, anacrónico, casi increíble. Sacan fotos, dan vítores, ríen, se sonríen. Es casi magia. El típico momento que te reconcilia con la vida.
















Me explico: La obra en cuestión está en la A-6. Es un puente. Se está reparando. Tiene casi 670 mts de longitud. Están asfaltando. Deben cortar carriles.
Han cortado carriles. Sólo hay un carril en estos momentos para circular, mientras terminan los trabajos.

Este caballero y su burro están pasando por el único carril libre.
Cruzando el puente!

Tardaron 28 minutos en hacerlo. No es maravilloso?

En las siguientes fotos quizás se aprecie la magnitud de lo poético.












5 comentarios:

Emili Manrique dijo...

Fascinante!,
si lo ve Labordeta se pone a la caza y captura de este hombre y su burrito para dedicarles un programa.

carlinhos dijo...

Sí, la verdad es que emociona. Espero con ansía que lleguen por Madrid porque parece que no se pararon cerca del puente. Seguiré contando...

andreu dijo...

impressionant! una pregunta: el camió de radera el va pitar?
jo crec que quan arribnin a madrid tots els vehicles que anaven radera seran burros...

carlinhos dijo...

Imagino que al principi sí, però després...La última foto mostra el xofer bastant tranqui amb el tema. Ressignat inclús.

Eduard Conti dijo...

I els experts en F1 segueixen opinant que el pilotatge, el motor i l'estratègia de cursa poden compensar una mala posició a la parrilla de sortida... A veure qui és el Hamilton o l'Alonso que avança al iaio del burro.

site meter