sábado, 13 de septiembre de 2008

el puente de la constitución











La madrugada del 11 al 12 de septiembre pasado se inauguró, sin fastos, la nueva pasarela o puente que Calatrava proyectó para Venecia. Simplemente un pequeño acto para darle carácter oficial y, seguidamente, ya se podía cruzar. Nada de discursos, ni fotos. Podría pensarse que fue un gesto de modestía o incluso discreción, pero básicamente se pretendían evitar manifestaciones en contra de la obra. Los turistas que pasaban por allí se encontraron de pronto con que ya podían cruzar por el “puente de la Constitución”.

A mí no me disgusta, tengo ganas de verlo in situ, pero me da la impresión que consigue introducirse dentro del espacio urbano sin ofender. Se encuentra justo al lado de la Ferrovía, estación de trenes, algo alejado de la Venecia de los grandes palacios, por lo que no veo que intente competir con los puentes de la Ferrovía, Rialto o la Academia. Además, tengo la impresión que, como en otras ocasiones, sirve para enlazar la llegada a Venecia con una zona de la isla que, honestamente, no era de las más visitadas. Anteriormente Calatrava ha servido para lo mismo, con mayor o menor éxito, en Valencia y Bilbao.

Pero el tema con este arquitecto es que sus proyectos, a medida que avanzan las obras, generan tensiones y conflictos entre la dirección de las obras y las administraciones locales. Aumentos de presupuestos exagerados, olvidos en cuanto a adaptación de la obra a normativa de supresión de barreras arquitectónicas o contra incendios, debates y discusiones sobre propiedad intelectual…

En Bilbao su pasarela es famosa por los resbalones que sufren los que la cruzan en días de humedad o lluvia, ya que el pavimento es de vidrio. Además ha sido modificada recientemente en uno de sus extremos para enlazarla con el proyecto de las torres de Isozaki, lo que ha dado lugar a una demanda por parte de Calatrava contra el ayuntamiento por atentado contra la propiedad intelectual.
En Valencia, donde el PP lo ha erigido como su Gaudí, ha construído su Sagrada Familia, la Ciutat de les Arts i de les Ciències, que pasó de un presupuesto inicial de unos 260 millones de euros hasta los 760 millones de euros que ha costado finalmente. Allí, en el Palacio de las Ciencias se debieron construir dos megaescaleras que no estaban proyectadas inicialmente, por indicación de Bomberos, y que modifican bastante su fachada.
En Venecia el Puente de la Constitución inicialmente tenía un presupuesto de unos 5 millones de euros y algunos dicen que al final costó 20, otros que 11. Además no está adaptado para que sea utilizado por los discapacitados físicos. Calatrava argumenta que ninguno de los otros puentes lo está, y que para cruzar se puede utilizar el vaporetto (o como el lo llama “el ascensor horizontal”…y que obviamente él estaría dispuesto a diseñar los muelles de embarque -¡!). Lo que olvida Calatrava es que su pasarela es del siglo XXI.
En NYC, en la zona cero, su intercambiador empieza a chocar con el ayuntamiento de la ciudad, que opina ahora que su construcción es demasiado complicada, que “habría que simplificarla un poco”, ya que pone en peligro el plazo de finalización del conjunto del nuevo World Trade Center.

Bilbao, Venecia, NYC (porque Valencia imagino que seguirá con él)

Ya son tres ciudades donde no sé si Calatrava volverá a proyectar algo. A las que se debe añadir Berlin y Barcelona, donde Calatrava ha acusado de plagio a Norman Foster por su proyecto para la cúpula del Reichstag y a Juan José Arenas el puente Puerta de Europa del puerto, y donde se generó en su momento no poca polémica.

Y ahora Madrid ha caído en la tentación de encargarle un obelisco en Plaza Castilla. Un obelisco que se mueve! y que ya empieza a tener enemigos. Qué lejos queda este obelisco de la Torre de Comunicaciones de Telefónica...



Ya digo, a mí el puente de Venecia no me disgusta. Pero tengo la impresión que contratar a Calatrava hoy pone a tu ciudad en el mapa…y no exactamente para bien.

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