miércoles, 4 de febrero de 2009

c.r.i.s.i.s

Marcelo es argentino.
Tiene 42 años.
Hace ya algunos años que llegó a España, como muchos otros.
Después del "corralito" de 2001.
Con el tiempo y una caña, y con la osadía del emprendedor argentino, ha logrado tener una empresa que realiza trabajos específicos dentro de las obras.

Yo lo conozco desde hace relativamente poco, pero para mí ya ha realizado trabajos bastante diversos. Ha montado toda una estructura de madera para una cubierta en Aranjuez, ha montado el aislamiento, la impermeabilización y colocado la teja. También en Aranjuez ha montado otra cubierta de zinc. Y en Salamanca estuvo ejecutando los trabajos de plomo en una iglesia. Marcelo se tira a la piscina. Une a su arrojo unos conocimientos en tejados de todo tipo de materiales (cobre, plomo, zinc, acero, teja, madera) que fue adquiriendo en su Mar del Plata natal.

Marcelo es de los que a la segunda conversación ya te llama "hermano" y te invita a un asado a su casa por su cumpleaños ("vos vas a ver qué asado, hermano!!!"). Tienes que perseguirlo y llamarlo varias veces para encauzar su trabajo, pero es un buen profesional. Y tiene 5 personas a su cargo. Gente que ha formado, que han aprendido con él el oficio.
En la dinámica en que se mueve el sistema en que todos estamos metidos, los pagos mediante pagarés son lo más habitual. Y Marcelo trabaja así. Cobra mediante pagarés a 90-120-180 días, dependiendo del cliente.
Durante estos años ha ido funcionando de esta manera, y así ha podido alquilar una buena nave, maquinaría para plegar las chapas metálicas, un par de furgonetas, etc. Y de esta manera tenía a toda la gente contratada, pagando su Seguridad Social, cumpliendo con los nuevos requisitos en materia de Prevención de Riesgos Laborales...entendiendo en definitiva el negocio como algo serio.

Pero un día Marcelo llegó al banco con un pagaré de una promotora de Madrid. Un pagaré de uno 40.000,00 euros como pago de unos trabajos de ejecución de tejados en chalets de una urbanización. Los chalets no se vendían a buen ritmo. La promotora no tenía liquidez. Y Marcelo, sentado frente a su agente bancario, escuchaba que "el pagaré no tiene fondos", que no podía cobrarlo. Que se quedaba, de entrada, sin los 40.000,00 euros de ese trabajo.
Otro día Marcelo llega al mismo banco con otro pagaré, de otra empresa, ésta sí solvente, y su "agente bancario" le dice que no puede admitirlo, que tiene la línea de descuento de pagarés al límite y que no le pueden abrir otra o ampliar ésta porque entregó un pagaré sin fondos...Sí sí...ya sé...el que no tenía fondos no era Marcelo sino la promotora...pero Marcelo se queda otra vez sin cobrar.

Así unas cuantas veces.

Marcelo no tiene, como muchos otros, todo el dinero en el banco, porque el dinero circula entre cobros y pagos. Por lo tanto si echa mano del dinero que tiene en el banco quizás pueda pagar los sueldos de sus 5 empleados + su Seguridad Social durante 1 mes, pero nada más...
De modo que los bancos no abren nuevas líneas de descuento, los industriales buenos no pueden cobrar porque en algún momento entregaron un pagaré sin fondos (de alguna promotora irresponsable o cínica) y todo lo que tienen lo tienen en papel.
Marcelo quizás tenga en papel 120.000,00 euros. Pero no puede cobrarlos hasta que no venzan los pagarés.

Los bancos no se fían. Y Marcelo no puede esperar a que venzan los pagarés porque cada mes debe pagar seguros y sueldos...

Y las empresas pequeñas y medianas buenas, que realizan bien sus trabajos, empiezan a cerrar. Los buenos colocadores de teja, o carpinteros, o electricistas, los buenos buenos, los que lo hacen bien, se empiezan a quedar sin trabajo.

Y cuando una buena empresa cierra...lo más probable es que no vuelva a abrir.

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