jueves, 23 de abril de 2009

Mi Buenos Aires (1)

Llegué a Buenos Aires a finales de octubre de 1999. Faltaba poco para el 2000 y ésa era una de las razones que nos movieron a iniciar otra aventura lejos de casa. Y faltaba sólo una semana para las Elecciones Presidenciales. Unas elecciones a las que ya no podía presentarse Menem y que buscaban un presidente que dejara atrás los tiempos del derroche y la juerga menemista para volver a cierta austeridad y sentido común. Había muchas expectativas puestas, sobre todo, en De la Rúa.

Recuerdo que la fiesta de despedida, en Benabarre (Huesca) en el rancho de David, fue preciosa. Y aunque en esta ocasión dejaba Barcelona acompañado, soltar amarras nunca es sencillo. Hay un momento en que giras la cabeza consciente de que no volverás a ver durante bastante tiempo algunas caras que hace segundos te sonreían. Hay un punto en que el estómago, inevitablemente, te sube a la garganta, y esa presión intenta salir por los ojos. Eso, si eres de los que tiende a un cierto tormento (y yo lo soy), ocurre en todas las despedidas. En el aeropuerto, en el bar donde tomas la última cerveza con amigos del instituto, en la casa de esos amigos que han querido ser los últimos en prepararte la cena el día antes, en el trabajo, en casa de tus padres antes de salir…
Cuando uno decide irse, cuando uno decide cambiar de aires y no sabe muy bien para cuánto tiempo, se suceden los últimos días un sinfín de despedidas. La situación tiene un punto estresante, que hace desear el momento de quedarte solo, esperando a embarcar, pensando, sonriendo, con ese miedito del que no sabe qué encontrará, del que quiere estar ya rodeado de otros acentos, de otras formas de moverse y de gesticular.

Por eso, los primeros momentos una vez instalados en casa de Claudia, al pasear por Avenida de Mayo desde el Congreso hasta la Plaza, la sensación era de una familiaridad decepcionante. Cabinas de Telefónica cada cien metros, restaurantes españoles y unos taxis con los mismos colores que el que en Barcelona nos llevaba hacía poco al aeropuerto…

Pero faltaba poco para vivir mi primera celebración multitudinaria popular argentina delante del Obelisco, en la confluencia de la 9 de Julio y Corrientes. Esa esquina que luego vi tantas y tantas veces pero en la que no lograba ubicarme demasiado esa noche entre todo el mogollón de gente que gritaba y reía el triunfo de De la Rúa con cantos a favor de Alfonsín y dedicaciones a Menem "que lo mira por tv..."

Esa noche empezó a desaparecer la familiaridad decepcionante y empecé a intuir que iba a emocionarme muchas veces en aquella ciudad.

10 comentarios:

Eduard Conti dijo...

Sembla mentida que hagin passat 10 anys, si encara recordo el piset del carrer Lancaster. Aquelles èpoques nòmades que ara semblen tan llunyanes però es mantenen tan presents!

carlinhos dijo...

Hòstia i tant, Edu...carrer Lancaster amb el bar Ginés davant, el bar Manolo, la Bodega Bohèmia, 10 anys tio...sí, a mí m'impressionava quan ho estava escrivint. Però què bones aquelles èpoques nòmades, on canviavem de destí i de morada amb tanta facilitat. Intueixo que elles han portat de forma natural aquestes que vivim ara, sense rastre d'arrepentiments per allò no viscut. Salutacions als tres, guapos, seguim esperant-vos....

carlinhos dijo...

...el London....el Kentucky...la Concha...el Cangrejo...m'oblidava dels millors, i de la vella que venia cazalla a granel a la cantonada d'Arc del Teatre i Rambles, en una finestreta...i tot això sense necessitat de creuar cap al Gòtic!

alejandro dijo...

como me alegra haberte conocido en tus mejores años

carlinhos dijo...

estaba hecho un fiera, verdad ale??? jajaja espero que podamos volver a cotidianizar nuestra relación de nuevo. Os espero por MADRID!

Eduard Conti dijo...

Les rialles del Pinocho mentre fregava copes inclinat i aprofitava per mirar els escots de les noies que es recolzaven a la barra... Amb el Jaume Sisa observant-ho tot des d'un racó del Kentucky.

carlinhos dijo...

Moments impagables. El pinocho sortia a un calendari del 2007 que teníem a casa, amb fotos de gent del Raval...

Anónimo dijo...

zelo intiresno, hvala

Clari dijo...

por lo que veo tuviste una gran experiencia en Buenos Aires. yo cuando fui también la pase bien, pasee por todos lados, fui a bares y a restaurantes que conocí por restorando.
espero volver ya que sin duda tuve unos dias maravillosos en la ciudad porteña

carlinhos dijo...

Clari! gracias por tu comentario.
Mi experiencia en Baires fue inolvidable, la que más ha marcado mi vida sin duda.
¿tú de dónde eres?
Un abrazo!
Carlos

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