desatascando

Vaya, es que te descuidas y enseguida pasa un mes, un mes sin escribir. Y no es que no haya pensado en hacerlo, no, es simplemente que a veces los temas que me pasaban por la cabeza no tenían mucho jugo, a veces podían ser muy polémicos, otras no sabía cómo desarrollarlos y las más no tenía el ordenador delante. Eso me ocurre bastantes veces. Como por mi trabajo debo desplazarme bastante en coche, acompañado por la radio o por música, suelo reflexionar u ordenar pensamientos mientras adelanto, cambio de carril, me desplazo a velocidad controlada o tomo tal salido o cual incorporación. En esos momentos, digamos de inspiración, me siento tan brillante...deberíais escucharme...luego siempre me repito que debo esforzarme por recordar la secuencia de frases que se hilvanaban dentro de mi cabeza con esa fluidez y nunca lo consigo. Probé a grabar mi voz en el momento, mientras se me ocurrían, pero lo hice una sola vez. Al ir a escuchar lo que había registrado no había nada. Me desanimé y no volví a hacerlo. Entraba a Madrid a través de la R-3 (radial 3, que viene del Este, desde Arganda), y creo que esa es la entrada más bella a la ciudad. Lo pienso cada vez que diviso el cementerio a mi derecha y al fondo, la ciudad. Un skyline perfecto, hermoso, y a última hora del día, asombrosamente brillante e iluminado. Cuando lo grabé en mi móvil lo explicaba mejor.

Así que entre la semana antes de Semana Santa, donde quieres dejar todo hecho, el viaje a Toscana con la familia, el regreso a la rutina, el fin de semana del 1º de mayo en Amsterdam y esta última semanita pues no he sido muy productivo en lo que al blog se refiere.

Así que este post únicamente pretende hacer de desatascador, de pequeño vomitorio de palabras para desbloquear la ausencia.