Hace sólo 10 días. 10 fucking days!
Y los síntomas son inequívocos.
Hoy me ha vuelto a suceder. En el coche.
He intentado cambiar de canción arrastrando con mi dedo corazón sobre la pantalla.
En el coche...
Desde que María me regaló el iPad pamicumple mis dedos pulgar y corazón de ambas manos son más amigos que nunca.
Se tocan y se separan con elegancia.
No es que me moleste demasiado, es incluso precioso verlos, pero es que el resto de dedos se mueve al compas de ellos y mis manos empiezan a parecer pinzas de bogavante.
Y quiero ampliarlo todo.
Sobre la tele, sobre los imanes de la nevera, en el espejo del baño si descubro una espinilla en mi cara, sobre el horno cuando se cocina algo dentro e incluso en el vidrio de la mesa del salón...
No tengo la sensación de ser el único que sufre este efecto llamémosle Jobsiano.
Pero es que la madrugada del pasado domingo perdí la voz...y no sé, estos dos últimos días me ha dado por pensar en Kafka, Gregorio Samsa y cosas por el estilo.
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