Pero eso no me deja en mejor lugar, ni mucho menos.
Porque igual que no hubiera escrito esos tuits (probablemente), lo que es seguro es que no he invertido el mínimo porcentaje de mi tiempo libre en poner mi cara y mi discurso en favor de ninguna causa que pudiera mejorar la vida de la ciudadanía, de mis vecinos. Y Guillermo Zapata sí.
Lo cual de entrada y en un plano social y político le deja en un mejor lugar que a mí.
Hace algo más de cuatro años, en mayo de 2011 y a partir de una manifestación-concentración disuelta de malas maneras por la policía, se empezaron a llenar las plazas de toda España de gente que empezó a mirarse a los ojos, reconocerse, y hablar de política. Empezaban a escucharse expresiones como "regeneración democrática", "puertas giratorias", "reforma de ley electoral", "ley de responsabilidad"...conceptos todos que necesitaban de definición. Y ésa era la principal crítica que se hacía desde los principales partidos políticos y desde las columnas y tertulias de los principales medios (así, con brocha gorda, generalizando que es gerundio). En lugar de escuchar, ignoraban. En lugar de unirse, miraban de lejos y por encima del hombro. En lugar de recibir las propuestas y hacerlas suyas, pedían que esa gente se dedicara a la política si quería cambiar las cosas.
Y pasó el 15M...y las asambleas se trasladaron a los barrios...y muchos de los que poblaron las plazas siguieron trabajando...y se fundaron plataformas e incluso se formaron partidos políticos.
Y poco más de 4 años después se llegó a las instituciones. Sí, así, como en una peli americana con guión poco creíble.
Pero pasó. Ha pasado.
Y en todo ese camino el señor Zapata ha estado participando activamente.
Yo no.
Y tú, muchos de los tú que leen esto, tampoco.
Así que, pertenezcas a aquéllos que decían "formad un partido político si queréis cambiar las cosas" o simplemente a los que les gusta mirar desde fuera y opinar (como yo), creo que es muy injusto que después de todo el recorrido no se le haya dejado trabajar.
Ni siquiera voy a entrar en algo tan obvio como la libertad de expresión, sobre los entrecomillados, sobre los debates sobre el límite del humor, sobre Vigalondo o sobre los CharlieHebdo a conveniencia.
Es injusto. Y no solo es injusto, sino que es trampa.
TRAMPA.
Es trampa decirle a alguien en el 2011 que se dedique a la política si quiere cambiar las cosas y después echarle en cara unos tuits de ese año (rebuscando en el cesto de la ropa sucia).
Lo miremos como lo miremos.
Es-trampa.
Y hemos caído en ella.
6 comentarios:
Has escrito lo que yo no he sabido escribir en mi blog. Me han encantado tus palabras.
Muchas gracias Almudena! Hacía mucho que no escribía en mi blog la verdad, así que me alegra que te haya gustado. Iré a dar una vuelta por el tuyo ;-)
Molt be Carlinhos Com diu aquell"Algu o habia de dir" Una abrasada
Gràcies Ricard! Ens tornem a veure per aquí ;-)
Carlos,
Demasiado tiempo que no escribias.
Leyéndote ahora, después de mucho tiempo, me doy cuenta que te he extrañado.
Por cierto, muy de acuerdo con el fondo.
Gilles! qué bien que te haya gustado.
La verdad es que llevaba demasiado tiempo sin ganas de escribir, pero este episodio me ha dejado indignado y, después de un par de días de pensarlo mucho, con ganas de explicar.
Nos seguimos viendo-escuchando-leyendo.
Besos!
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