viernes, 28 de marzo de 2008

tango (1)

Hace ya un año que M y yo empezamos a tomar clases de tango. Los jueves por la noche nos acercamos a un local de ambiente muy especial, cerca del Manzanares, donde nos alejamos de todo durante una hora. Hay parejas de todo tipo, gente de todas las edades. A mí particularmente siempre me ha emocionado ver bailar a los abuelos. En Buenos Aires, en las milongas, sacan a bailar a las "minas" más lindas, que se quedan prendadas con su seguridad, su economía de gestos, su ritmo y sobre todo, por el sentimiento con que acompañan cada uno de sus medidos pasos. En Madrid también los hay, maestros en el avance corto, el caminito... matrimonios que cada semana van a practicar, a bailar, a sentirse vivos en el fondo. Porque el tango es ante todo pasión, represión, idas y venidas, abrazos incompletos, machismo y vedettismo, seducción en definitiva, pura y dura.
Jorge y Nélida son nuestros profesores. Unos maestros. Y si no, mirad:




Además la música es de Astor Piazzola ("Verano Porteño"), que junto al "Polaco" Goyeneche es mi preferido, en cuanto a composición e interpretación respectivamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hostias! es impressionant com tècnica i sensualitat poden fusionar-se d'aquesta manera! i quina manera de jugar amb les cames cap al final!!! quant n'han d'aprendre les sardanes...

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