viaje en AVE

Han sido numerosísimas las cartas recibidas y muchos más los comentarios. Siento no poder contestarlos todos personalmente.
Sin embargo, uno de ellos me ha calado. Hondo.
Ha sido el de Edu, que una vez más acertando en el tono y la oportunidad, ha sabido activar los resortes que emocionan a este humilde blogger.

Coincidían en el tiempo dos situaciones que hacen que hoy esté precisamente desde donde estoy, escribiendo un nuevo post. A saber: por un lado Edu en su oficina escribiendo una serie de palabras, hilvanando la frase detonante, y por otro M en Atocha, comprando dos billetes de AVE.

Finalmente.

Ahora vamos a 301 km/h. La temperatura es de 27ºC y son las 18:32.
Viento racheado. Marejadilla... (no, que esto ya parece Sin Noticias de Gurb...)

Hace media horita que salimos de Madrid, y he de decir que estos trenes son muy cómodos. Están proyectando "Diario de una Nanny" en el vagón y la verdad que el ambiente es muy agradable -no precisamente por el argumento, pero es que sale Scarlett sobrevolando Central Park con un paraguas!. Teniendo en cuenta que es miércoles, y no suelo viajar a BCN entre semana, la sensación de privilegio aumenta.
Estas últimas semanas han sido bastante complicadas a nivel profesional y realmente M ha tenido una gran idea decidiendo que nos tomáramos jueves y viernes para alargar un fin de semana en la ciudad condal.

Como creo que ya comenté, uno de los aspectos más característicos del devenir de una obra es la sensación de renuncia constante. Esto no es mío, lo escuché decir de un director de cine -no me acuerdo bien. Y es que siempre he tenido la sensación que una obra y una película son muy muy parecidas. Existe un presupuesto, un plazo, unos objetivos marcados a priori, un director del proyecto, un jefe de producción (o de obra), técnicos, montadores (u oficiales), un montón de especialistas...y el público! jejeje
Pero así es, las renuncias son constantes. El ejercicio de saber vivirlas, aceptarlas es muy muy fatigante. Porque representa variar expectativas casi a diario, o semanalmente, acumula frustraciones, discusiones, enfados, alguna represalia o amenaza...un ambiente en general algo estresante. Y si bien amo lo que hago, hay semanitas que son bastante más duras de lo que desearía.

Pero ahora ya son las 18:48, la temperatura sigue siendo de 27ºC y la velocidad ha bajado hasta los 255 km/h. Estoy viajando a Barcelona y eso me hace feliz.