martes, 2 de diciembre de 2008

M.M.Heredia (3)

Nunca había hecho nada parecido.
Pero he visto escenas similares en muchas películas.
"No debe ser tan complicado" pensé.
Cuando lo vi llegar a la obra lo recibí con un apretón de manos.
Firme.
Sin sonrisas.
Me aparté ligeramente y, aún con las manos estrechándose, estiré el brazo izquierdo invitándolo a pasar dentro de la caseta.
Cerré la puerta.
Metí la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta y extraje el sobre.
Mirando a través de la ventana de la caseta se lo alargué.
Entonces recreándome en el momento que desde pequeñito soñaba vivir le dije:

"Cuéntalo"

Él, siguiendo el guión a la perfección, contestó:

"No hace falta..."

Nos volvimos a dar la mano, ahora sí mirándonos y con una media sonrisa.
Hablamos de varias cosas.
M.M. Heredia toca la guitarra en el templo y quedé que un domingo iría a verlo tocar.
"Cuando quieras estás invitado" me dijo.

Dos días más tarde el cartel ya estaba allí:





2 comentarios:

Anónimo dijo...

un amigo de un amigo tiene una historia igual. Arqueólogo de profesión. Un yacimiento en algún lugar de Huelva. Una vez contrataron los servicios de la "empresa" de seguridad, no tuvieron el mínimo problema. Un rótulo con el nombre de la familia que protegía el sitio bastó.
Espero que vosotros tampoco tengais ningún problema. ¿Y qué ha pasado durante el tiempo que no habeis dispuesto de sus servicios? nada, ¿no?
un abrazo

carlinhos dijo...

Nada, Diego. Absolutamente nada.
Ahora acabo de estar con ellos. Segundo pago. Mes de diciembre. Es muy habitual en la construcción y parece que en los yacimientos arqueológicos igual por lo que me cuentas. Pero es mi primera vez...jejeje

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