martes, 10 de febrero de 2009

mi primera vez

A veces es difícil deshacer algunos mitos en relación a la profesión que uno ejerce. Alrededor de la construcción, de las constructoras y sobre todo de los promotores circula siempre un tufillo pestilente compuesto por ingredientes como los sobornos, las recalificaciones…corrupción al fin y al cabo en la que los maletines viajan en primera clase. Dinero a raudales por todos lados. Por aquí….por allá….Y el que no pilla es porque es tonto.
Y yo que siempre he tenido la sensación de que, al dedicarme a la restauración, el campo en el que me movía era como un oasis dentro de la jungla de los gordos con Mercedes, cachetes colorados, puro y gafas oscuras. Que dentro de un mundo donde tocamos Historia, física y metafóricamente, donde intentamos devolver dignidad a monumentos que la perdieron, donde intentamos que los efectos del paso del tiempo se detengan, o se atenúen…en un mundo así no cabía la suciedad…
Pero no.
Hoy ha sido mi primera vez. Y me ha dolido.
He visto el sobre y el corazón me ha empezado a latir (aceleradamente, se entiende). En mi cabeza se amontonaban todas las posibles reacciones que debía tener ante lo que sospechaba. Luchaban por salir. Pero al mismo tiempo tenía una curiosidad malsana por ver cuál sería el precio de mi silencio. Le di la vuelta.
Lo abrí.

Y debe ser precisamente por la falta de costumbre, debe ser porque en el mundo en el que me muevo dentro de la construcción no estamos acostumbrados a ello, debe ser porque me quiero agarrar a un clavo ardiendo, o debe ser quizás porque los que nos dedicamos a la restauración tenemos cara de tonto.

Doscientos euros, o doscientos euros-de-mierda. Eso valía mi silencio.

Mi primera vez. Y me ha dolido.
El dinero está encima de la mesa de mi jefe, y sé lo que vamos a hacer con él. Primero llamar al sujeto, decirle que quién se piensa que somos (así, como muy dignos), después dárselo a sus operarios seguramente.


(esto no me ha pasado a mí, sino a Pablo, pero para el caso es lo mismo)



1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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