domingo, 24 de mayo de 2009

artículos leídos en domingo (1)

Hoy leo en El País dos artículos muy interesantes:

1. Prostitución, una esclavitud no tan invisible, de Milagros Pérez Oliva desde su tribuna El Defensor del Lector.
2. La batalla de El Ruedo, que escribe Daniel Borasteros en el suplemente autonómico Madrid.

1. En el primero de ellos la autora se hace eco del "chaparrón" de cartas y mensaje de los lectores relacionados con la incoherencia de El País entre denunciar la actividad de las mafias de la prostitución (como se observa en la serie de vídeos y reportajes muy interesantes incluidos durante la semana pasada en la edición digital del periódico) y seguir dando cabida a anuncios de contactos. Como dice en su artículo:
"El diario publica una media de tres páginas diarias de estos anuncios, a las que hay que añadir la última página de El País Semanal,en la que aparece una estridente amalgama de ofertas que abarca desde "los vídeos más calientes" a "intercambio de parejas", "guapos gay" o "chicas con chicas", y hasta una "maestra del dolor"
Del artículo me llaman la atención un par de manifestaciones. Por una parte me sorprende constatar que los ejemplos de opiniones de lectores utilizados van en la línea "tengo niños pequeños y no me gusta que vean esos anuncios", o "yo arranco esa última página de El País Semanal para que no la vean mis niños", etc. A mí, honestamente, lo que me molesta es que un periódico que denuncia algo muy-pero-que-muy denunciable se lucre al mismo tiempo con ese algo. No me molestan los anuncios en sí, o esa última página de El País Semanal donde (y la tengo delante) básicamente se pueden ver dos hombres besándose o mujeres con un teléfono en la mano. No veo desnudez (que tampoco me molestaría) por ejemplo. Supongo que habrá muchos lectores que se hayan dirigido al Defensor del Lector denunciando esa incoherencia entre la denuncia y el lucro, pero en el artículo únicamente se transcriben mensajes que destilan cierto conservadurismo. Pero es igual, porque también se debe valorar que el propio periódico publique este ejercicio de autocrítica (aunque no corrija el asunto en sí). Y en referencia a las opiniones desde la dirección de El País, me sorprende también el argumento del subdirector:
"La sociedad española no ha resuelto el debate sobre la prostitución y el mundo que lo rodea. El Gobierno, por ejemplo, ha renunciado a prohibirla o regularla, pese a las numerosas comisiones o estudios que ha elaborado. Ojalá hubiera una clarificación al respecto y, sin duda, el periódico cumpliría la ley como lo ha hecho siempre"
Vaya, que hasta que la sociedad española no se clarifique o el Gobierno no elabore una ley y se apruebe El País sigue teniendo coartada. Pues vale.
Pero digo yo, ¿qué tiene que ver esto con que un periódico dé ejemplo, o aclare sus principios o su Libro de Estilo? Según comenta la Defensora del Lector "diarios como el Frankfurter Allgemeine, Le Monde, Daily Telegraph oThe Guardian no publican este tipo de anuncios". Falta añadir que Público tampoco, pero no vamos a pedir que se alabe al archienemigo...
De todos modos y para finalizar, si en el Libro de Estilo de EL PAÍS se aclara que "La línea editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello renuncia a recoger noticias que contribuyan a su difusión", digo yo que tampoco costaría hacer otro tanto con los anuncios de prostitución. O sí. Alomejor costaría mucho. Cuánto sería la pregunta.

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