miércoles, 7 de septiembre de 2011

indignándose (14) las chapitas















Unas chapas. Unas chapitas.
Promueven actividades incívicas.
Unas chapitas.
El Conseller de Interior que saliva. Se le hace la boca agua.
"En Barcelona, en los últimos años -ha proseguido-, se ha dado una cierta permisividad a la ruptura de valores, a la transgresión, a fomentar no lo cívico, sino la permisividad absurda que la ha convertido en capital del turismo nudista, de los grafiti o del top-manta permitido". Según el consejero de Interior, "las instituciones deben proyectar el sistema de valores que debe permitir fomentar la convivencia y un turismo que tienda a la excelencia, no a estos 'graciosillos".(elpaís.com)
Y sin ruborizase mezcla una serie de conceptos que sólo su mente retorcida puede hilar. El nudismo con el graffiti...¿qué sueños íntimos tendrá este hombre de noche?
Ala pues, la culpa del top-manta es de la permisividad (absurda). Y punto. ¿para qué intentar comprender el asunto en profundidad? Todo es culpa de la permisividad.
Y con unas hostias lo arreglaba fijo.
Más allá de los debates lingüísticos, algo en Barcelona (y allende sus fronteras) huele a decadencia de una época dorada ya (demasiado) lejana.
Y yo me ruborizo por él.

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