martes, 13 de diciembre de 2011

los tlacuaches


El tlacuache es una especie de marsupial propia de México. Y aunque apareció en el planeta hace ya sesenta millones de años, no sólo ha resistido hasta hoy sino que lo ha hecho sin sufrir variaciones. Se alimenta de cualquier cosa, vive en zonas templadas y tropicales de México, y fue el primer mamífero mexicano que viajó a Europa oculto en barcos que transportaban frutos desde el Nuevo Mundo.
El primer polizón mexicano, el primer emigrante. Un marsupial al margen de la ley, que es capaz de hacerse el muerto tirándose boca arriba, poniendo los ojos en blanco y sacando la lengua cuando se encuentra en peligro.
Un superviviente.
Un cachondo.

Los Tlacuaches eran también un grupo de música. Una banda compuesta por amigos, que versionaban temas de Metállica, Pantera, AC/DC, Lenny Kravitz e incluso U2. Y lo hacían de puta madre.
Pero también eran tlacuaches los que comulgaban con cierta manera de vivir la vida alrededor de ese grupo de amigos. Cierta visión crítica del mundo, de México y su clase política corrupta, del peligro de la Policía Estatal y de llevar el pelo largo en un país con una predisposición al prejuicio bastante acentuada en determinadas clases sociales. Pero al mismo tiempo gente con avidez por conocer, con una gran capacidad de aprendizaje, de autodidactismo, de cultivar todo tipo de disciplinas, desde la música hasta el alpinismo o la escalada en roca, pasando por el descenso de ríos, la cría y cura de animales, el desarrollo de la autogestión, del turismo ecológico y de las comunidades indígenas. Amigos con una cultura de su país que ya quisiera yo tener sobre el mío...
Compadres con un gran sentido del humor, con risas contagiosas, con ganas de festejar la vida, que te dan absolutamente todo lo que tienen cuando pasas a formar parte de la tribu, pero que no van a hacerte sentir extranjero por el hecho de acabarlos de conocer.
Yo llegué a México un 5 (o 6, no recuerdo bien) de noviembre de 1996. Tenía 22 años. Al día siguiente mi novia, que había llegado allí dos meses antes con una beca de intercambio, me dejó (Flor, te mando un beso, guapísima). Ella me presentó a los Tlacuaches. Una semana después Mario (el cantante y bajista de la banda) me invitó a acompañarle a un viaje que iba a realizar con su facultad de Ingeniería Agrónoma por el norte. Me fui una semana con él y tuve experiencias de lo más alucinantes que he vivido en toda mi vida. Al regresar, Aldo (mi hermano mexicano) me invitó a vivir con él y sus padres en casa. Pasé mes y medio en el seno de una familia hermosa y generosa, hasta que nos fuimos de viaje por Oaxaca, el Pacífico y Chiapas.
Desde entonces vivimos mil y una aventuras, compartimos muchas noches de cervezas, tequilas y tacos alrededor de mesas llenas de mil y una conversaciones. Y bailamos hasta reventar. Preparábamos rápido una paella, o unos conejos a la parrilla con otro genio, Carlos. Y nos sentábamos con unas cervezas a reír viendo películas de Cantinflas o de El Santo...
Aldo, Mario y Manolo, Lalo y Ratus, Rafa, Julio, Enrique (y Adriana y Almendra) y luego Memo y Ricardo, y Giovanni y muchos más con los que no dejábamos de cruzarnos.
Vanessa, Sarah y Stéphanie podrán corroborar lo que digo...
Hoy acabo de regresar de pasar una semana en Puebla, en Cholula, en Momoxpan, donde he vuelto a encontrarme con algunos de ellos, y he vuelto a sentirme "parte" tan fácilmente que hasta me emociona recordarlo. Hemos ido a ver combates de lucha libre, hemos ido a hacer senderismo entre volcanes, hemos bebido juntos, hemos comido otra vez tacos del Poison, y del Mariachi, hemos ido hasta a un rodeo...Qué fácil es con la buena gente, con la gente auténtica, los supervivientes, los cachondos.
Esta semana he visto a Rafa con un proyecto claro de desarrollo del turismo de naturaleza en México y con una sabiduría apabullante de su entorno, a Memo colgado de las alturas limpiando cristales de rascacielos y escapando a los volcanes en cuanto puede, a Ricardo de monitor de escalada, a Manolo asombrado y cansado por tener cinco días de trabajo seguidos y saliendo a festejar a la primera, a Julio entregado al diseño, a Giovanni con tienda y taller de joyería en el centro de Puebla, y a Aldo con la misma visión crítica del mundo, con la misma inquietud y con millones de ideas en su cabeza, sin parar de estudiar y formarse, esperando a formalizar cualquier día cualquiera de ellas. Sé que Lalo y Ratus están bien (uno en la costa, ya casado, el otro en Europa y con descendencia). Enrique se casó y vive en Cancún, y Mario en Santa Bárbara con una familia preciosa que conocí este pasado verano. Y sé que nos iremos encontrando...
Soy feliz cuando comparto tiempo y espacio con ellos, cuando siento que de manera tan natural incluyen a María, y me llena el alma porque cuando se juntan son mágicos. La risa vuelve a flotar, contagiosa, en cualquier ambiente, y se desatan de nuevo viejas anécdotas y nuevas historias, delirantes, acompañadas de acordes conocidos y compartidos, y uno se siente afortunado de poder estar entre ellos, allí y en ese preciso momento. En una penumbra que siempre nos abraza a todos.
A todos los tlacuaches.

6 comentarios:

tonali dijo...

solo puedo decir impresionante los detalles de tu experiencia, me encanto, muy emotivo...
cuidese mi compa y nos vemos pronto

rafa

carlinhos dijo...

Me alegro mucho mi Rafa! De verdad fue así...tal cual!
Abrazos, que estén bien y nos vemos a la próxima!!!

julio dijo...

gracias mi hermano..que bueno verlo de nuevo... nos veremos por las viejas europas o por las mas viejas americas de nuezz... un saludote a la maria

carlinhos dijo...

gracias bro! jejeje seguro nos veremos...segurísimo! Estos viajes son los que reafirman! Un abrazo compa

Steph dijo...

Que rrrrricoooo.... Un beso grande a toda la banda!

jorge dijo...

...hasta yo me pego, para desearles lo mejor del mundo.........pues estas reflecciones me conmueven mucho, es como si hasta formara parte de este tiempo..... me alegro mucho por todos y deseo que toda la vida se asi....hasta pronto amigos tlacuaches .....

Jorge de Cuba

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