lunes, 4 de abril de 2016

un jardín tangencial sobre formación, preparación y educación

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Advierto que mi post puede ser un jardín, porque no sé muy bien cómo explicar esto...

A ver, para ponernos en situación, la semana pasada Félix de Azúa hizo unas declaraciones bastante vomitivas sobre Ada Colau, y ella ya le contestó. Incluso Arrimadas y Villacís le afearon a de Azúa su gesto.
Él lejos de arrepentirse por un calentón se ha venido arriba:
"¿Qué entenderá por misoginia una mujer que apenas tiene estudios?"
"...no tiene preparación para llevar una ciudad de 4 millones de habitantes".
Y es que hace menos de un mes un edil del PP hizo lo mismo. Por cierto, no sé si alguna compañera suya de partido hizo lo mismo que Arrimadas y Villacís...
Para empezar podríamos decir que el académico no es que haya sido muy original. Después me gustaría saber qué formación y preparación considera un escritor, filósofo, traductor (con todos los respetos obviously), que debe tener alguien para gobernar una ciudad. ¿Médico como Joan Clos? ¿Pediatra como Xavier Trias? ¿Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas como Pasqual Maragall, o como Ana Botella o Gallardón? ¿En Administración de Empresas como Jordi Hereu? ¿O quizás estar en estructuras de partido desde los 18 años sin pisar la empresa privada ni la calle como la gran mayoría? Estaría bien que alguien lo estableciera de entrada para que no tengamos que escuchar idioteces más adelante. Fijen los criterios de admisión de forma clara y nos evitan esfuerzos inútiles y disgustos.
Está claro, de entrada, que una buena formación o una buena preparación no equivalen a una buena educación.

La indignación general, y sobre todo en colectivos muy concretos a los que se ha menospreciado, ha sido enorme, incluso hay varias iniciativas de recogida de firmas para que Azúa deje la RAE. Se ha hablado de insulto a las mujeres, a los colectivos de trabajadoras de oficios varios, y también de machismo.
Yo honestamente creo que se trata de simple clasismo, entendiendo también el machismo como un tipo extendidísimo y perverso de clasismo.

Aunque era previsible, se critica la falta de formación y experiencia de los nuevos actores políticos y se lanza como una piedra a su cabeza para señalar una supuesta incapacidad y descartar su presencia como gobernantes. Se ondea la bandera de la formación como garantía de buena gestión, formación además que circunscriben a lo técnico, olvidando otros aspectos importantes dentro de la educación.
Olvidan que en muchos casos -como hemos visto últimamente- la formación va ligada al acceso a colegios concretos a los que llegan únicamente colectivos concretos donde se diseñan las élites que deben gobernarnos. Donde se unen hijos de empresarios, políticos, banqueros, juristas, para seguir perpetuando la estirpe que configura la casta. Porque eso es precisamente la casta, el conjunto formado por aquéllos que se arrogan la capacidad de gestionar lo público, y que poseen casi de forma hereditaria.
Y no sólo eso, sino que son los únicos con capacidad para aceptar o rechazar a alguien en su selecto grupo. Ellos son los que juzgan quién está preparado y quién no lo está para administrar lo público.
Tú sí. Tú no.
Y de ahí que mucha gente proveniente de fuera de esos círculos diseñe su vida o la de sus hijos en función de conseguir entrar en tal o cual escuela. Qué angustia. En Francia, ya se sabe, no es lo mismo ser Ingeniero de Caminos de la pública normal que serlo del Politechnique de Paris. No es lo mismo y los que lo consiguen se encargan de repetirlo, sea explícita o implícitamente, en cada una de las reuniones a las que asisten durante toda su vida profesional.
Pues eso.
Yo estaría dispuesto a aceptarlo como dogma de fe si se hubiera demostrado posteriormente, o salvo alguna excepción, su capacidad de gestión. Si de determinado invernadero se cosechan gestores eficientes o mejores, quién soy yo para criticarlo. Yo ya tengo bastante con lo mío...pero el tema es que parece que no, parece que la formación técnica que reciben o no es tan buena o no debe ir muy acompañada de formación ética.
Acaban de salir a la luz los "papeles de Panamá", que están llenos de líderes políticos, administradores de lo público de multitud de países, todos ellos con gran formación académica. Y venimos de algunos años donde el goteo de la corrupción que ha salpicado a gente muy formada ha sido incesante. El dinero de nuestros impuestos, que es una barbaridad, se ha malgastado por parte de gente muy formada. Y gente considerada técnicamente élite es incapaz de agilizar nuestro sistema de justicia, o generar empleo.

Pero qué se yo...yo es que para un servidor público prefiero la honestidad, el trabajo en equipo y el criterio. Y rodearse de un buen equipo técnico al que escuchar. Manías mías.

Hoy han llegado a la función pública algunos agentes que antes estaban en los movimientos vecinales.
Tienen poca experiencia? Pues claro, si hablamos de instituciones públicas de gobierno, pero quizás tienen bastante en la empresa privada o en actividad social...
Poca formación? Pues depende de quién lo juzgue, quizás son grandes gestores de grupos de trabajo y tienen un equipo técnico fantástico... lo que me parece demencial es tirárselo a la cabeza sin entrar a valorar los datos concretos. Pasar por encima de ellos y poner el dedo en lo accesorio, en la imagen que nos proyectan.
A mí me parece que cualquiera que juzgue el trabajo de otro en función de aspectos como su juventud, su forma de vestir y (sí, también) su grado de formación o el lugar donde estudió, es que tiene una grave carencia intelectual.
Siendo discutible, uno puede (en la empresa privada) llegar a rechazar a alguien o contratarlo por esos mismos criterios, pero en democracia lo que vale son los votos, y cuando uno es elegido para gobernar la cosa pública, considero que hay que encarar la crítica hacía esa dirección. Y ahí ser muy exigentes. Porque si no corremos el riesgo de ser exigentes con lo accesorio y laxos con los resultados...

De todos modos, y volviendo al inicio del post, es fácil atacar a Félix de Azúa. Y desde Catalunya aún más. Ya se sabe...fue de los fundadores de Ciudadanos con aquel Manifiesto por un nuevo partido político y tal...Antinacionalista, machote y machista: blanco fácil.
Pero a mí el tufillo me suena igual a cuando Xavier Sala i Martín entrevistó a José Montilla en un capítulo que me produjo una inmensa tristeza, allá por 2006 con motivo de su candidatura a las Autonómicas (después fue President, el primer President catalán y andaluz).
Porque XSM estuvo poniendo en cuestión precisamente la formación, la capacidad de Montilla, relacionada con sus estudios, concretamente con la falta de ellos. Era una pregunta que lanzaba a todos los candidatos, y que probablemente Montilla debió preparar mejor ya que era un tema que estaba en la calle. Y yo en esa época escuchaba las mismas críticas en conversaciones con amigos. Ésas y otras relacionadas con su nivel de catalán (que para mí siempre ha sido muy correcto), como también aparecen en la entrevista de XSM. Montilla tenía que haber tenido más cintura en aquella entrevista, sin duda. En aquel momento el que "perdió los nervios" y no estuvo bien, para la opinión pública, fue Montilla. Xavier Sala i Martín no recibió demasiado por su tono.
Hoy, para esa misma opinión pública, el impresentable es Félix de Azúa. Ya vamos avanzando... 
Colau no puede gobernarnos porque no es de los nuestros. Montilla no puede gobernarnos perquè no és dels nostres. Para mí es lo mismo. El mismo clasismo, venga de donde venga.

Aquí un artículo mejor sobre el tema.
Aquí otro.

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