aparejando (31). el maravilloso mundo de las comunidades de propietarios (1)

No es precisamente el sueño de un jefe de obra acostumbrado (quizá mal-acostumbrado, no digo yo que no) a subirse a fachadas de ciento cincuenta o doscientos años, a encaramarse en el interior de naves de iglesias hasta el intradós de bóvedas de hasta mil años de antigüedad o coordinar los trabajos en algún monasterio perdido en algún valle sin cobertura (aaah....). No es precisamente mi sueño, pero comienzo dos obras en los alrededores de Madrid, en sendas comunidades de propietarios. Las dos tratan reparaciones en zonas comunes (dícese de las grandes explanadas centrales rodeadas de edificios que cubren los párkings de las urbanizaciones -a veces con piscina, a veces sin ella), y sobre todo la reparación de la estructura de hormigón armado del párking en cuestión y su repavimentación. Una de ellas, en Tres Cantos, de unos 2.000 metros cuadrados. La otra, en Santa Eugenia, de unos 10.000 metros cuadrados.

No es, decía, precisamente mi sueño, pero intuyo amigos lectores que con un poquito de esfuerzo podré conseguir dar una pequeña vueltecita de tuerca a la situación. Una situación que promete ser muy muy compleja, con miles de vecinos molestos, algunos muy cotillas, otros sólo jubilados, niños, madres, y lo que es peor, niños de vacaciones y madres hartas de ellos, jardineros, porteros, quizás algún vigilante de piscina argentino...

Yo espero sacar de estas situaciones algunos posts interesantes.

Hoy hemos terminado la segunda reunión de la obra de Tres Cantos. Aún no ha comenzado, pero Jaime, el presidente de la comunidad, un abogado jubilado de unos setenta años, Director de la Junta Directiva y miembro de la Junta de Obras (¡!) lo quiere tener todo controlado. Nos ha anunciado varias cosas:

1. que él está jubilado y por tanto estará todos los días (todos) pendiente de los trabajos.

2. que es muy alemán, le gusta el rigor, el orden y las cosas cla-ri-tas.

3. que no hablemos con nadie de los vecinos, que son todos muy cotillas.

4. que hay un personaje al que a partir de ahora llamaremos como Jaime hace: El Reventador. Que dicho personaje tenía un gran interés en meter una empresa amiga en esta obra, y que al no ser así, como consecuencia, nos va a hacer la vida imposible. Deberemos pues atender sus comentarios con amabilidad, y pasar olímpicamente de él. Pero que ni se nos ocurra ofenderle o ningunearle porque puede ser fatal para nosotros. Es importante aquí la pronunciación. Deberemos pronunciar como lo hace Jaime. Tanto "reventador" como "fatal" hay casi que gritarlo, separando las sílabas y dejando un segundo y medio de duración para cada una. Si podemos subir el tono al final de la palabra mejor...pero entiendo que en según que ambientes os pueden mirar raro.

5. frente a la urbanización hay un colegio, y siempre según Jaime, está lleno de niños Destructores (ya sabéis: DEEES  TRUUUUC TOOOO REEEESSSS), que destrozan todo lo que ven porque no saben hacer otra cosa (son adolescentes, básicamente, los he visto y no calzan un 50 ni miden dos metros y medio), por lo que deberemos agudizar vista, oído e intensificar las medidas de seguridad.

6. finalmente entre los vecinos hay un........arquitecto. Y jubilado también (a este le llama "El Terrible"). Que defiende su derecho a expresar su opinión y "a hablar con quien me dé la gana".

Así que esto promete.

Mañana llegan las casetas de obra. Un vestuario, un comedor y la oficina.

El martes empezamos a levantar el pavimento.